La Rioja es siempre un destino apetecible, pero ahora, cuando el otoño tiñe de rojo los paisajes, es un momento muy especial que no puedes perderte. Si soñabas con recorrer La Rioja tras la vendimia y conocer de cerca todos los secretos del vino, hemos buscado para ti algunos planes irresistibles. Empezamos por Logroño, porque sin salir de la capital puedes aprender mucho de los vinos de Rioja.

Y no solo porque puedas ir a tomarlos a las calles más famosas para salir de pinchos, como la mítica calle Laurel y las aledañas de San Juan y San Agustín. En el casco antiguo de Logroño quedan restos de antiguos calados, forman un entramado en el subsuelo del casco antiguo desde el siglo XVI, construidos con orientación norte-sur, para mantener la temperatura idónea de conservación. Allí es donde se elaboraban y guardaban los vinos, como el de San Gregorio, que va desde la calle Rúa Vieja hasta la de que le da nombre, o Calado, donde se organizan catas de vino.
Además de los calados y antiguos lagares, Logroño está rodeada de bodegas, a un paso del centro, ocho bodegas en total abiertas al público con historias muy diversas y actividades para todos los públicos, como Bodegas Franco Españolas, Ontañón o Marqués de Murrieta.
Un día en el Museo… del vino
La mejor manera de acercarnos a los vinos de La Rioja es visitando dos museos dedicados al vino y su historia. El primero es una auténtica joya. Se trata del Museo Vivanco de la Cultura del Vino, declarado por la UNESCO en 2007 el Mejor Museo en el mundo en su categoría. Se encuentra en Briones, a los pies de este bonito pueblo que no puedes dejar de visitar. Los viñedos rodean el edificio del museo que también incluye la bodega, tienda y restaurante.

Puedes organizar la visita como prefieras: solo al museo por libre, visita a la bodega con cata, visita guiada a la bodega y museo que además de mostrar el proceso de la elaboración del vino de principio a fin, alberga piezas de arte relacionadas con el mundo del vino de todas las épocas y de gran valor… Cualquier opción será muy acertada. Al final, el recorrido puede terminar en el bar, con unos vinos y tapas, o en el restaurante donde encontrarás algunas de las recetas riojanas más tradicionales, como el cordero asado y las patatas a la riojana, acompañadas de los vinos de la Bodega Vivanco.

El Museo Vivanco se encuentra a los pies de Briones, una de las villas riojanas que forma parte de la lista de Los Pueblos más Bonitos de España, así es que no hay que perder la oportunidad de conocerlo. Es una preciosa villa medieval, con calles estrechas y empedradas por su casco antiguo, donde se levantan palacios y numerosas casas blasonadas, la plaza mayor, su iglesia y la imponente torre que es como un faro desde la lejanía y los restos de la antigua muralla y el antiguo castillo, en la parte alta, desde donde se tienen unas vistas impresionantes de toda la Sonsierra. La visita no puede terminar sin salir de vinos y tapas por los bares y mesones, algunos con bodegas subterráneas y calados muy bien conservados.

En Aldeanueva de Ebro, cerca de Alfaro, existe otro Museo del Vino que te permitirá conocer la ruta del vino de La Rioja Oriental. Y es que aquí se concentra la mayor producción de vino de La Rioja. El Museo ocupa la ermita de Nuestra Señora del Portal, un edificio que data de 1536, situado en el centro urbano de esta localidad, que ha pasado por mil y una historias. Se realizan visitas guiadas, donde se explica la elaboración tradicional del vino en esta zona de Rioja. Complementando esta visita con una pequeña bodega doméstica recupera en la zona más antigua del pueblo.
Un almuerzo 100% riojano
La vendimia es el momento que los viticultores esperan todo el año trabajando en sus cepas y en el que los turistas pueden también participar, aunque de una manera más lúdica, apuntándose a las actividades que organizan algunas bodegas, como Finca de los Arandinos (en Entrena), la Bodega David Moreno (en Badarán) o empresas especializadas en enoturismo como Riojatrek, para aprender a vendimiar.

Será una gran experiencia, ideal para practicarla en familia: muestreando, catando, cortando las uvas y, posteriormente, pisándolas al estilo tradicional y terminar haciendo tu propio mosto. Después del duro trabajo, para reponer fuerzas, las bodegas organizan un buen almuerzo campestre, entre las viñas o junto a los guardaviñas, las construcciones tradicionales de piedra que salpican los viñedos en La Rioja. No faltarán las típicas chuletillas al sarmiento, las patatas a la riojana, ricos embutidos y quesos y una copa de vino.
La capital del Rioja y la ‘Milla de Oro’ a vista de pájaro
Cuando en La Rioja se nombra la capital del vino… hablamos de Haro. Alrededor de esta ciudad se concentran las bodegas más tradicionales, famosas y prestigiosas que forman parte de la DOCa (Denominación de Origen Calificada) Rioja. Haro merece una visita, sobre todo en vendimia cuando notaremos ese bullir de las gentes del campo y los bodegueros. Salir de pinchos por la zona de la Herradura, probando las especialidades de cada bar y acompañados de los vinos de la tierra, es todo un ritual. Haro cuenta con una decena de importantes bodegas, sin contar la joya que atesora en el Barrio de la Estación, verdadera ‘milla de oro’ de los vinos de La Rioja.

En ese barrio se concentran bodegas centenarias cargadas de historia, que nacieron junto a esas vías del tren que transportaba el vino hacia el País Vasco para su exportación: Muga, Gómez Cruzado, Cune, López de Heredia Viña Tondonia, Roda, Rioja Alta y Bodegas Bilbaínas. Todas abren sus puertas, también durante la vendimia, con interesantes propuestas para conocer su origen y sus vinos. Una de las experiencias más emocionantes es la de sobrevolar en globo los viñedos ¡alucinante!
Paseos entre viñedos que son una aventura
Los viñedos están en su momento más esplendoroso, con el cambio de tonos otoñales. En La Rioja puedes pasear entre viñas de mil maneras. Finca Vistahermosa pertenece a la Ruta del Vino de La Rioja Oriental, es un viñedo a los pies de la sierra en un rincón maravilloso en el Valle de Ocón, donde se organizan visitas muy originales, para desconectar y vivir una experiencia extraordinaria en plena naturaleza.

El viñedo se puede recorrer en un carro tirado por tractor, en coche de caballos o en una pick up, conociendo las distintas parcelas, sus variedades, su viticultura y los vinos que se hacen con esas uvas que más tarde se catan en la bodega. Una experiencia de naturaleza y vino, donde los mayores se relajan y aprenden y los pequeños disfrutan del campo en uno de los increíbles parajes escondidos de La Rioja.

Otras maneras muy divertidas de recorrer los viñedos es hacerlo en bicicleta, en rutas a caballo y en segway, con la empresa Segway La Rioja, que organiza rutas entre viñedos y caminos, pasando por donde solo va el agricultor con su tractor quien se encarga de cuidar y hacer que se obtengan unas excelentes uvas. Es una manera muy directa y divertida de conocer el origen de la vid, poder oler y palpar la viña, y pasear sobre ruedas de una forma ecológica y sin ruidos, en un medio ecológico y respetuoso con el medio ambiente.

Para los amantes del vino y del senderismo, en San Vicente de la Sonsierra, a los pies de la montaña de Cantabria, se pueden seguir diferentes senderos dentro de la Ruta del Vino, en la Rioja Alta, recorriendo sus viñedos que transcurren entre viñedos, los chozos o guardaviñas, lagares rupestres, necrópolis, ermitas… Una forma única de conocer las tradiciones y los paisajes del vino que van cambiando con cada estación.
Y para dormir…
Finca de los Arandinos (en Entrena) es un hotel-bodega-spa que desde el primer instante transmite una sensación de tranquilidad y bienestar. En esta época, además de descanso absoluto, podrás vivir de cerca la vendimia alojándote en este moderno hotel con la firma del diseñador David Delfín en sus habitaciones y probar la cocina riojana con toques de autor.

Viñas y olivos (también hacen su aceite) rodean al hotel e invitan a hacer una agradable ruta para estrenar el otoño. La bodega cuenta en total con 16 hectáreas de viñedo localizadas en el pueblo de Entrena, y repartidas en 30 parcelas en torno al hotel. Paseando entre viñas aprenderás a diferenciar las distintas uvas tempranillo, mazuelo y garnacha, con las que hacen sus vinos tintos, y la viura para el blanco.

El Hotel Spa Arnedillo (4*) se encuentra en el valle del Cidacos, en el bonito pueblo de Arnedillo, y las bondades de sus aguas termales tienen su origen en la época romana, aunque se convirtió en un destino favorito de la burguesía del siglo XIX. Actualmente, cuenta con unas modernas instalaciones termales, en las que destacan la galería de barros, la terma romana, la piscina de olas y el parque termal exterior. Y entre sus tratamientos, no podía faltar la vinoterapia, otra forma de hacer enoturismo esta vez descubriendo los poderes antioxidantes del vino y la uva en una terapia relajante que te proporcionará bienestar y una piel sublime. Incluye masaje y baño espumoso con productos de vinoterapia e invitación a una copa de vino.

Otra buena opción de alojamiento cerca de los viñedos y bodegas de la Rioja Alta es la Casona del Boticario, en San Vicente de la Sonsierra. La casa, que se encuentra en mitad del pueblo, fue sede de la botica de San Vicente y residencia de los boticarios durante siglos. Se trata de un señorial edificio de piedra del siglo XVIII, con fachada a la calle principal y vistas a los viñedos de la zona y a la Sierra de Cantabria desde la parte posterior. Cuenta con 9 habitaciones.
Foto de portada: Paisaje de viñedos en Cenicero.